El Atardecer

Arinaga (Gran Canaria, España) Marzo 2012

Día tras día, el ciclo vuelve a cumplirse. El sol cae y otro día más vislumbra su final. Para nosotros es sólo un día, pero para otras especies ese ritual se hace eterno. Abrimos los ojos y nos encontramos con que otro nuevo día resurge ante nosotros, pero sabemos que en unas horas podremos presenciar uno de los momentos mágicos del día, cuando el sol cansado de trabajar se dirige a su hogar a descansar. La puesta de sol se vislumbra ante nosotros sin que podamos congelar ese instante, respiramos hondo, e intentamos retener en nuestra memoria los últimos rayos de luz, ya que en cuestión de minutos nos habrá alcanzado la noche.

La Inmensidad

Sydney (Australia) Septiembre 2011

Miras al horizonte, y solo eres capaz de percibir la libertad. El océano te rodea y como si surgiese de su inmensidad se levantan esos grandes edificios, acompañados del puente que comunica las dos orillas. En ese mismo instante, te invade ese pensamiento nostálgico de que en el conjunto global del universo no eres nada más que otra pieza del juego. 

Cierras los ojos, esperando que la pausa duré unos minutos más. Respiras hondo y te dejas invadir por el olor a mar. Sonríes porque comprendes que tu papel juega una pieza clave en esa inmensidad, y al igual que el puente, esa sensación que recorre tu cuerpo sirve de conector entre tu cuerpo y tu mente.

La Tranquilidad

Niort (Francia) Mayo 2011

Cerrar los ojos, respirar hondo y renacer en un nuevo mundo. La tranquilidad te invade y sientes ese cosquilleo que recorre todo tu cuerpo, esa sensación que solo llega a ti en escasas ocasiones, pero que cuando aparece deseas que ese instante no termine nunca, entonces sin darte cuenta una sonrisa se esboza en tu rostro y poco a poco ese cosquilleo empieza a menguar. Pero ya no importa, porque durante un breve espacio de tiempo la tranquilidad se ha apoderado de ti, ahora puedes observar el mundo bajo un prisma diferente, algo más optimista.